Nuestra lista de maravillas, proclamadas como Patrimonios de la Humanidad, asciende a 89: 48 son culturales, 37 naturales y 4 mixtas. Contamos, también, con 350 parques nacionales: 25 se encuentran en Kenia y 22 en Sudáfrica.
África alberga, así mismo, los desiertos más antiguos y grandes del planeta: el Sahara cubre una superficie de 9.065.000 km2 y el desierto de Namib, único desierto costero y cuya formación data de hace unos 65 millones de años, es el más antiguo del mundo.
Nuestros países ofrecen toda clase de facilidades para visitar y gozar de estas maravillas en cualquier época del año. No en vano la expresión griega a-phrike, de la que deriva el nombre de África, significa: un lugar sin frío.
Réplica, en pequeño, del mar Muerto
A media hora de Dakar (en Senegal) se encuentra Niaga Peulh, un pequeño poblado con abundancia de palmeras y dunas y una población de unos 500 habitantes. Es un barrio pobre que ha ganado mucha notoriedad por las aguas de su lago, conocido en occidente como el Lago Rosa, su nombre local es Retba. Se trata de un pequeño lago, que se asienta a 6 metros bajo el nivel del mar a orillas del Atlántico. Sus aguas cubren una superficie de 3 km2, con una longitud de 3.85 kilómetros. Son aguas muy superficiales con una profundidad media de 3 metros.
Es un pequeño lago con muy alto contenido de sal, en algunas zonas superan los 400 gramos de sal por litro. Por esta enorme salinidad el lago es también conocido como el mar Muerto africano en miniatura. Hay muchas similitudes entre ambos: su enorme salinidad hace que no puedan sobrevivir los peces en sus aguas, ambos son el rincón ideal para los bañistas, que no sepan nadar, pues sus cuerpos, lejos de hundirse, flotan sobre las aguas.
Las condiciones cambiantes de luz, que se dan principalmente en el período seco entre octubre y junio, dan un aspecto brillante y exótico a las aguas del lago.
Este mismo pigmento orgánico, carotenoides, hace también que las zanahorias se vistan de color naranja o que los pimientos pasen del color verde al rojo.
Motor económico del poblado
Gracias a estas características de salinidad el pequeño lago se ha convertido en una rica mina para toda la población, que vive a su alrededor. La actividad de la extracción de sal, como valioso negocio, se inició en los años 70. Lo que en un principio era un mercadillo se ha convertido hoy en un importante centro exportador de sal. Casi 3.000 personas trabajan en el lugar, produciendo unos 150.000 toneladas de sal al año.
Todas las personas del poblado, cada cual, en su parcela de actividad, trabajan y viven del negocio. Los utensilios para la extracción son muy simples: unos bastones ad hoc, palas, piraguas y el sudor de los obreros.
El colectivo de hombres se encarga de recolectar la sal. Lo hacen sumergiéndose hasta el pecho y rompiendo con sus bastones la sal depositada en el fondo. Una vez rotas las placas de sal se valen de unas palas para extraerla y depositarla en las piraguas, que tienen una capacidad de carga hasta de 7 toneladas. Los mismos hombres, sumergidos en las aguas, son los que empujan las piraguas hasta el borde del lago.
El grupo de mujeres, que esperan pacientes en la orilla, se encargan de sacar los bloques de sal de las piraguas y exponerlas al sol para su secado y blanqueado. Una vez que el producto está en condiciones lo preparan para exportarlo. Gracias a esta cosecha de sal, la mayoría de las familias de Niaga Peulh gozan de unos ingresos fijos.
Todas las personas que trabajan en la extracción de la sal, tanto ellos como ellas, se untan con manteca de karité para protegerse de posibles irritaciones de la piel.
Importante atracción turística
El continente africano tan solo recibe 70 millones de turistas. Nuestros gobernantes no han descubierto el sector turístico como posible e importante transformador de sus economías. Según estadísticas de la OMT el reino de Marruecos, con 17 millones de visitantes, encabeza la lista de los países turísticos del continente, seguido de Egipto y Túnez. Sudáfrica, con 12 millones, es el país más visitado en la región subsahariana.
Senegal apenas recibió 2 millones de visitantes el año 2024, aunque sus gobernantes habían pronosticado llegar a los 3 millones.
Hasta el año 2008 la capital de Senegal, Dakar, era muy conocida y visitada por ser el punto de llegada del mítico Rally París-Dakar. Durante 30 largos años la última etapa del Rally se ubicaba en las dunas, que rodean esta única maravilla de la naturaleza. A pesar de que el Rally ahora tenga lugar muy lejos de Senegal, el lago Retba sigue siendo uno de los principales destinos turísticos del país.
Entre los años 2009 al 2019 Sudamérica fue el escenario del rally que atravesaba Argentina, Bolivia, Chile, Paraguay y Perú. Desde el 2019 hasta hoy se celebra en Arabia Saudí.
Son muchos los turistas que acuden a contemplar esta maravilla de la naturaleza, que está situada a tan solo 32 kilómetros de la capital. También en las cercanías del lago se han construido numerosos campamentos y albergues. Los visitantes encuentran fácil alojamiento tanto en la capital como en los alrededores del lago.
Los turistas, además de visitar las aguas rosáceas y flotar en ellas, aprovechan también su estancia para acercarse al cercano bosque de baobabs, que embellece el lugar.
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Nuestra lista de maravillas, proclamadas como Patrimonios de la Humanidad, asciende a 89: 48 son culturales, 37 naturales y 4 mixtas. Contamos, también, con 350 parques nacionales: 25 se encuentran en Kenia y 22 en Sudáfrica.
África alberga, así mismo, los desiertos más antiguos y grandes del planeta: el Sahara cubre una superficie de 9.065.000 km2 y el desierto de Namib, único desierto costero y cuya formación data de hace unos 65 millones de años, es el más antiguo del mundo.
Nuestros países ofrecen toda clase de facilidades para visitar y gozar de estas maravillas en cualquier época del año. No en vano la expresión griega a-phrike, de la que deriva el nombre de África, significa: un lugar sin frío.
Réplica, en pequeño, del mar Muerto
A media hora de Dakar (en Senegal) se encuentra Niaga Peulh, un pequeño poblado con abundancia de palmeras y dunas y una población de unos 500 habitantes. Es un barrio pobre que ha ganado mucha notoriedad por las aguas de su lago, conocido en occidente como el Lago Rosa, su nombre local es Retba. Se trata de un pequeño lago, que se asienta a 6 metros bajo el nivel del mar a orillas del Atlántico. Sus aguas cubren una superficie de 3 km2, con una longitud de 3.85 kilómetros. Son aguas muy superficiales con una profundidad media de 3 metros.
Es un pequeño lago con muy alto contenido de sal, en algunas zonas superan los 400 gramos de sal por litro. Por esta enorme salinidad el lago es también conocido como el mar Muerto africano en miniatura. Hay muchas similitudes entre ambos: su enorme salinidad hace que no puedan sobrevivir los peces en sus aguas, ambos son el rincón ideal para los bañistas, que no sepan nadar, pues sus cuerpos, lejos de hundirse, flotan sobre las aguas.
Las condiciones cambiantes de luz, que se dan principalmente en el período seco entre octubre y junio, dan un aspecto brillante y exótico a las aguas del lago.
Este mismo pigmento orgánico, carotenoides, hace también que las zanahorias se vistan de color naranja o que los pimientos pasen del color verde al rojo.
Motor económico del poblado
Gracias a estas características de salinidad el pequeño lago se ha convertido en una rica mina para toda la población, que vive a su alrededor. La actividad de la extracción de sal, como valioso negocio, se inició en los años 70. Lo que en un principio era un mercadillo se ha convertido hoy en un importante centro exportador de sal. Casi 3.000 personas trabajan en el lugar, produciendo unos 150.000 toneladas de sal al año.
Todas las personas del poblado, cada cual, en su parcela de actividad, trabajan y viven del negocio. Los utensilios para la extracción son muy simples: unos bastones ad hoc, palas, piraguas y el sudor de los obreros.
El colectivo de hombres se encarga de recolectar la sal. Lo hacen sumergiéndose hasta el pecho y rompiendo con sus bastones la sal depositada en el fondo. Una vez rotas las placas de sal se valen de unas palas para extraerla y depositarla en las piraguas, que tienen una capacidad de carga hasta de 7 toneladas. Los mismos hombres, sumergidos en las aguas, son los que empujan las piraguas hasta el borde del lago.
El grupo de mujeres, que esperan pacientes en la orilla, se encargan de sacar los bloques de sal de las piraguas y exponerlas al sol para su secado y blanqueado. Una vez que el producto está en condiciones lo preparan para exportarlo. Gracias a esta cosecha de sal, la mayoría de las familias de Niaga Peulh gozan de unos ingresos fijos.
Todas las personas que trabajan en la extracción de la sal, tanto ellos como ellas, se untan con manteca de karité para protegerse de posibles irritaciones de la piel.
Importante atracción turística
El continente africano tan solo recibe 70 millones de turistas. Nuestros gobernantes no han descubierto el sector turístico como posible e importante transformador de sus economías. Según estadísticas de la OMT el reino de Marruecos, con 17 millones de visitantes, encabeza la lista de los países turísticos del continente, seguido de Egipto y Túnez. Sudáfrica, con 12 millones, es el país más visitado en la región subsahariana.
Senegal apenas recibió 2 millones de visitantes el año 2024, aunque sus gobernantes habían pronosticado llegar a los 3 millones.
Hasta el año 2008 la capital de Senegal, Dakar, era muy conocida y visitada por ser el punto de llegada del mítico Rally París-Dakar. Durante 30 largos años la última etapa del Rally se ubicaba en las dunas, que rodean esta única maravilla de la naturaleza. A pesar de que el Rally ahora tenga lugar muy lejos de Senegal, el lago Retba sigue siendo uno de los principales destinos turísticos del país.
Entre los años 2009 al 2019 Sudamérica fue el escenario del rally que atravesaba Argentina, Bolivia, Chile, Paraguay y Perú. Desde el 2019 hasta hoy se celebra en Arabia Saudí.
Son muchos los turistas que acuden a contemplar esta maravilla de la naturaleza, que está situada a tan solo 32 kilómetros de la capital. También en las cercanías del lago se han construido numerosos campamentos y albergues. Los visitantes encuentran fácil alojamiento tanto en la capital como en los alrededores del lago.
Los turistas, además de visitar las aguas rosáceas y flotar en ellas, aprovechan también su estancia para acercarse al cercano bosque de baobabs, que embellece el lugar.















































