

En OSCAR DE PERÚ, creemos que cumplir cada aniversario es motivo para celebrar, pero, sobre todo para agradecer. Agradecer por todo lo vivido, agradecer por la oportunidad de haber, transmitido a lo largo de los años tanta información de la misiones y de haber hecho cosas que buscaban y que buscan mejorar la calidad de vida de muchas personas, por ello, celebrar con ustedes su Centenario es un honor, pero a la vez, un gran reto y una maravillosa oportunidad para hacer eco de su misión, que es ayudar a los demás y de ser el puente solidario entre las familias.
Es así como, desde el año 2001, LA OBRA Máxima, llega a Perú, a través de los «Hermanamientos Familiares». Una ardua tarea que no ha sido fácil, más aun en tiempos tan complejos y adversos como los que estamos viviendo, pero a la vez muy gratificante.
Quién les saluda, es Javier Pineda Medina, Coordinador General de OSCAR DE PERÚ, tengo la oportunidad de formar parte de esta gran familia desde su fundación, por ello, sé y conozco la gran labor de LA OBRA MÁXIMA y puedo dar fe, de todo lo que se ha logrado realizar y hacer eco de su misión, pues nos ha permitido, trabajar para la gente, pero sobre todo, con la gente.
Así mismo, se atiende alrededor de 80 adolescentes y jóvenes de una escuela pública, a más de 500 niños y adolescentes que participan en diversos servicios junto a sus padres.
Sumado a esta gran tarea también hemos podido generar y promover oportunidades formativas para el trabajo. El aporte de LA OBRA Máxima ha sido clave para no parar, sino todo lo contrario, para soñar con los ojos abiertos y con el corazón agradecido por tanta bondad. Gracias por confiar en un equipo humano de profesionales, liderado por los Carmelitas Descalzos en Perú, gracias LA OBRA Máxima, por ayudarnos a mantener viva la esperanza de que se puede soñar en una sociedad con mejores oportunidades.
Quiero hacer extensivo este agradecimiento, sumando algunas palabras de Cesar Palomino, quien es uno de los miembros de nuestro equipo en Lima, que nos dice que: «(…) OSCAR DE PERÚ, es una organización que no solamente se preocupa por sus beneficiarios sino también por sus trabajadores, pues entiende que es clave, que para ofrecer un buen servicio, primero tenemos que estar sensibilizados en la labor que vamos a realizar y el apoyo de LA OBRA Máxima, ha sido clave en todo este caminar (…).
Comparto las palabras de una de las niñas que participa de los servicios que ofrecemos gracias al aporte de LA OBRA Máxima, como es el caso de la niña Medaly Carbajal Walderos, de 10 años de edad, que nos dice:
(…) En OSCAR DE PERÚ, he aprendido mucho, (…) al principio cuando ingresé era muy cohibida y temerosa, y eso a la vez me dificultaba un poco en el colegio cuando salía a exponer y por los nervios comenzaba a tartamudear y gracias a la institución y a mis profesores por todo el apoyo y la confianza que me brindaron pude vencer mis temores y la vergüenza al participar (…) yo participo en la biblioteca desde los 7 años, y fue muy emocionante cuando me dijeron que me habían apadrinado desde LA OBRA MÁXIMA. Desde entonces no he dejado de participar, al igual que mi madre y mi familia, les estamos muy agradecidas (…).
Así mismo también compartimos unas palabras de Marko Chacaltana, miembro del equipo de OSCAR DE PERÚ, que se encarga de los apadrinamientos en la ciudad de Ica, (…) La solidaridad de LA OBRA Máxima, le ha permitido a muchas familias creer que se puede vivir mejor, en una sociedad tan compleja como la nuestra. Por ello, queremos saludarlos y transmitir su mensaje de hermandad porque estamos aportando un granito de arena a la construcción de un mundo mejor».
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En OSCAR DE PERÚ, creemos que cumplir cada aniversario es motivo para celebrar, pero, sobre todo para agradecer. Agradecer por todo lo vivido, agradecer por la oportunidad de haber, transmitido a lo largo de los años tanta información de la misiones y de haber hecho cosas que buscaban y que buscan mejorar la calidad de vida de muchas personas, por ello, celebrar con ustedes su Centenario es un honor, pero a la vez, un gran reto y una maravillosa oportunidad para hacer eco de su misión, que es ayudar a los demás y de ser el puente solidario entre las familias.
Es así como, desde el año 2001, LA OBRA Máxima, llega a Perú, a través de los «Hermanamientos Familiares». Una ardua tarea que no ha sido fácil, más aun en tiempos tan complejos y adversos como los que estamos viviendo, pero a la vez muy gratificante.
Quién les saluda, es Javier Pineda Medina, Coordinador General de OSCAR DE PERÚ, tengo la oportunidad de formar parte de esta gran familia desde su fundación, por ello, sé y conozco la gran labor de LA OBRA MÁXIMA y puedo dar fe, de todo lo que se ha logrado realizar y hacer eco de su misión, pues nos ha permitido, trabajar para la gente, pero sobre todo, con la gente.
Así mismo, se atiende alrededor de 80 adolescentes y jóvenes de una escuela pública, a más de 500 niños y adolescentes que participan en diversos servicios junto a sus padres.
Sumado a esta gran tarea también hemos podido generar y promover oportunidades formativas para el trabajo. El aporte de LA OBRA Máxima ha sido clave para no parar, sino todo lo contrario, para soñar con los ojos abiertos y con el corazón agradecido por tanta bondad. Gracias por confiar en un equipo humano de profesionales, liderado por los Carmelitas Descalzos en Perú, gracias LA OBRA Máxima, por ayudarnos a mantener viva la esperanza de que se puede soñar en una sociedad con mejores oportunidades.
Quiero hacer extensivo este agradecimiento, sumando algunas palabras de Cesar Palomino, quien es uno de los miembros de nuestro equipo en Lima, que nos dice que: «(…) OSCAR DE PERÚ, es una organización que no solamente se preocupa por sus beneficiarios sino también por sus trabajadores, pues entiende que es clave, que para ofrecer un buen servicio, primero tenemos que estar sensibilizados en la labor que vamos a realizar y el apoyo de LA OBRA Máxima, ha sido clave en todo este caminar (…).
Comparto las palabras de una de las niñas que participa de los servicios que ofrecemos gracias al aporte de LA OBRA Máxima, como es el caso de la niña Medaly Carbajal Walderos, de 10 años de edad, que nos dice:
(…) En OSCAR DE PERÚ, he aprendido mucho, (…) al principio cuando ingresé era muy cohibida y temerosa, y eso a la vez me dificultaba un poco en el colegio cuando salía a exponer y por los nervios comenzaba a tartamudear y gracias a la institución y a mis profesores por todo el apoyo y la confianza que me brindaron pude vencer mis temores y la vergüenza al participar (…) yo participo en la biblioteca desde los 7 años, y fue muy emocionante cuando me dijeron que me habían apadrinado desde LA OBRA MÁXIMA. Desde entonces no he dejado de participar, al igual que mi madre y mi familia, les estamos muy agradecidas (…).
Así mismo también compartimos unas palabras de Marko Chacaltana, miembro del equipo de OSCAR DE PERÚ, que se encarga de los apadrinamientos en la ciudad de Ica, (…) La solidaridad de LA OBRA Máxima, le ha permitido a muchas familias creer que se puede vivir mejor, en una sociedad tan compleja como la nuestra. Por ello, queremos saludarlos y transmitir su mensaje de hermandad porque estamos aportando un granito de arena a la construcción de un mundo mejor».