1161 – 02 56 Jornada mundial de la paz
Nadie puede salvarse solo.
Recomenzar desde el COVID-19 para trazar juntos caminos de paz.
Nadie puede salvarse solo.
Recomenzar desde el COVID-19 para trazar juntos caminos de paz.
Queridos hermanos y hermanas: ¡Feliz Pascua! Jesús, el Crucificado, ha resucitado. Se presenta ante aquellos que lloran por él, encerrados en sus casas, llenos de miedo y angustia. Se pone en medio de ellos y les dice: «¡La paz esté con ustedes!» (Jn 20,19).
Ayer concluyó el tiempo litúrgico de Navidad, período privilegiado para cultivar las relaciones familiares, que a veces nos encuentran distraídos y alejados, ocupados. Hoy queremos continuar con ese espíritu, volviéndonos a reunir como una gran familia, que se encuentra y dialoga.
«¡Qué hermosos son sobre las montañas los pasos del mensajero que proclama la paz!» (Is 52,7) Las palabras del profeta Isaías expresan el consuelo, el suspiro de alivio de un pueblo exiliado, agotado por la violencia y los abusos, expuesto a la indignidad y la muerte.