

Israel es país confesional judío, situado al sur del Líbano, y mantiene un conflicto permanente con el pueblo palestino, que ha perdido su territorio por la ocupación de Israel. Los palestinos luchan contra Israel, que hace lo propio para protegerse en su estado adquirido y conquistado.
Este conflicto ha llevado al Líbano, a lo largo de los años, a unos 500.000 palestinos, refugiados de Israel. Aunque menos numerosos actualmente, viven desprovistos de derechos elementales en los campos de refugiados. Y han creado continuos y conflictos en Líbano. A Israel, a su vez, a causa del conflicto palestino-israelí, le han surgido muchos otros graves problemas en el mundo oriental, con otros grupos religiosos y países árabes y con Irán.
El Líbano obtuvo su independencia en el año 1943, después de haber sido protectorado francés. En aquel tiempo su población de cuatro millones estaba constituida del grupo mayoritario de los cristianos (57%), seguido por el de los sunitas (25%) y el de los chiitas (20%).
Fue la proclamación de Israel como estado judío y los sucesivos conflictos violentos y bélicos los que provocaron el éxodo masivo de los palestinos al Líbano. De inmediato los campos de refugiados se convirtieron en centros de grupos armados, que arrasaron al país con la guerra de 1971 y con sucesos bélicos posteriores. Los treinta años de conflictos continuados en el Líbano redujeron enormemente la comunidad cristiana hasta hoy (a un 35%).
El título oficial del conflicto palestino-israelí era el de la reconquista del territorio del pueblo palestino y el de la venganza contra Israel. Pero la realidad ha sido la de vaciar al Líbano de su pueblo histórico y de sustituirlo por el palestino.
Cada grupo religioso libanés ha tenido su parte en el conflicto árabe-palestino-israelí. Los musulmanes tomaron partido por los palestinos (que son casi en su totalidad musulmanes, pues los cristianos palestinos emigraron a Europa, América y Australia), y los cristianos libaneses anhelaban la soberanía de su país, la paz y el progreso. Por lo mismo, los palestinos participaron con los musulmanes en la primera guerra contra los cristianos libaneses, considerando que los que rehúsan luchar junto con ellos están contra ellos, y, como infieles y traidores, están a favor de Israel.
De este modo su conflicto palestino con Israel se convirtió en conflicto interno del país, del Líbano, provocando la hostilidad de los musulmanes libaneses contra los cristianos connacionales. Esta fue la guerra civil del Líbano. La mayoría de los países árabes, en particular Siria, ayudaron a los grupos palestinos y musulmanes contra los cristianos. La comunidad cristiana se debilitaba progresivamente por los recurrentes conflictos; muchas personas, familias y grupos tuvieron que emigrar a diferentes partes, sobre todo del mundo occidental.
Se considera que un país como Líbano, de unos cinco millones de habitantes, cuenta en la diáspora con más de 12 millones, que proceden de estas emigraciones. La mayoría de ellos son cristianos. El grupo mayor se encuentra en Brasil y en América del Sur; otro grupo en América del Norte. Grupos importantes viven en Europa y Australia. Actualmente se encuentran también numerosas familias de emigrantes en África y en los países del Golfo arábico.
Mientras tanto, los dos grupos de musulmanes del Líbano crecieron y se convirtieron en mayoría: los chiitas en el 33% de la población y los sunitas en el 32%. Ahora el conflicto consiste en la lucha de ambos grupos por hacerse con el poder y gobierno del país, sobre todo los chiitas, que pretenden constituir la mayoría. Toda esta situación impacta muy negativamente en la vida de los grupos cristianos, porque los lleva a considerarse «dimmitas» (palabra islámica que indica ciudadano de segunda clase), viendo que no pueden aspirar a oficios y oportunidades que con toda normalidad podían procurar y conseguir antes.
Los misioneros llegaron al Líbano el siglo XVI, y construyeron hasta nuestros tiempos colegios, dispensarios, estructuras económicas y culturales:
1. Las escuelas y las universidades las han fundado los misioneros católicos, que, gestionadas por la Iglesia, en conjunto, han marcado la imagen del Líbano en medio del mundo árabe. Lo valioso no era sólo el alto nivel intelectual, sino también la cultura del encuentro entre todas las religiones y culturas particulares. Por esto, por esta cultura concreta, mientras los cristianos tenían en sus manos estos instrumentos, la guerra no podía dominar. Ahora, por el contrario, el ataque contra las instituciones educativas lleva al país a guerras sin fin bajo la influencia del extremismo islamista de parte chiita, y también sunita.
2. Del mismo modo, las estructuras sanitarias, hospitales, dispensarios y centros de cura especializados, tambalean y amenazan con desmoronarse por la crisis política y económica sin precedentes.
3. Los cristianos libaneses, conociendo tanto el Occidente como el Oriente, han sido los fundadores de las instituciones bancarias y de la economía, que hicieron del Líbano, además de un lugar de encuentro de culturas, también la Suiza del Oriente Próximo.
4. Es conocido que la naturaleza del Líbano es agradable y atractiva. Sacando partido de esta realidad natural, la civilización cristiana ha creado estructuras de turismo y de encuentro de gentes de todo el mundo, porque ellos mismos se han abierto al mundo y han desarrollado una cultura del encuentro, del respeto y de la paz.
5. En esta renovación educativa, cultural, sanitaria y económica, los cristianos han aportado, en grados diferentes, también en el resto del mundo árabe donde han convivido y trabajado.
El fanatismo y extremismo islamista (que no es el Islám) va a reemplazar, por medio del Hizbullah y Nosrah, Daesh (ISIS) y otros grupos financiados por el mundo islámico y occidental, esta cultura de la paz y del encuentro. Se pretende llevar a cabo una lucha contra Israel, pero de hecho el primer resultado de ese plan es el de vaciar de cristianos el Oriente.
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Israel es país confesional judío, situado al sur del Líbano, y mantiene un conflicto permanente con el pueblo palestino, que ha perdido su territorio por la ocupación de Israel. Los palestinos luchan contra Israel, que hace lo propio para protegerse en su estado adquirido y conquistado.
Este conflicto ha llevado al Líbano, a lo largo de los años, a unos 500.000 palestinos, refugiados de Israel. Aunque menos numerosos actualmente, viven desprovistos de derechos elementales en los campos de refugiados. Y han creado continuos y conflictos en Líbano. A Israel, a su vez, a causa del conflicto palestino-israelí, le han surgido muchos otros graves problemas en el mundo oriental, con otros grupos religiosos y países árabes y con Irán.
El Líbano obtuvo su independencia en el año 1943, después de haber sido protectorado francés. En aquel tiempo su población de cuatro millones estaba constituida del grupo mayoritario de los cristianos (57%), seguido por el de los sunitas (25%) y el de los chiitas (20%).
Fue la proclamación de Israel como estado judío y los sucesivos conflictos violentos y bélicos los que provocaron el éxodo masivo de los palestinos al Líbano. De inmediato los campos de refugiados se convirtieron en centros de grupos armados, que arrasaron al país con la guerra de 1971 y con sucesos bélicos posteriores. Los treinta años de conflictos continuados en el Líbano redujeron enormemente la comunidad cristiana hasta hoy (a un 35%).
El título oficial del conflicto palestino-israelí era el de la reconquista del territorio del pueblo palestino y el de la venganza contra Israel. Pero la realidad ha sido la de vaciar al Líbano de su pueblo histórico y de sustituirlo por el palestino.
Cada grupo religioso libanés ha tenido su parte en el conflicto árabe-palestino-israelí. Los musulmanes tomaron partido por los palestinos (que son casi en su totalidad musulmanes, pues los cristianos palestinos emigraron a Europa, América y Australia), y los cristianos libaneses anhelaban la soberanía de su país, la paz y el progreso. Por lo mismo, los palestinos participaron con los musulmanes en la primera guerra contra los cristianos libaneses, considerando que los que rehúsan luchar junto con ellos están contra ellos, y, como infieles y traidores, están a favor de Israel.
De este modo su conflicto palestino con Israel se convirtió en conflicto interno del país, del Líbano, provocando la hostilidad de los musulmanes libaneses contra los cristianos connacionales. Esta fue la guerra civil del Líbano. La mayoría de los países árabes, en particular Siria, ayudaron a los grupos palestinos y musulmanes contra los cristianos. La comunidad cristiana se debilitaba progresivamente por los recurrentes conflictos; muchas personas, familias y grupos tuvieron que emigrar a diferentes partes, sobre todo del mundo occidental.
Se considera que un país como Líbano, de unos cinco millones de habitantes, cuenta en la diáspora con más de 12 millones, que proceden de estas emigraciones. La mayoría de ellos son cristianos. El grupo mayor se encuentra en Brasil y en América del Sur; otro grupo en América del Norte. Grupos importantes viven en Europa y Australia. Actualmente se encuentran también numerosas familias de emigrantes en África y en los países del Golfo arábico.
Mientras tanto, los dos grupos de musulmanes del Líbano crecieron y se convirtieron en mayoría: los chiitas en el 33% de la población y los sunitas en el 32%. Ahora el conflicto consiste en la lucha de ambos grupos por hacerse con el poder y gobierno del país, sobre todo los chiitas, que pretenden constituir la mayoría. Toda esta situación impacta muy negativamente en la vida de los grupos cristianos, porque los lleva a considerarse «dimmitas» (palabra islámica que indica ciudadano de segunda clase), viendo que no pueden aspirar a oficios y oportunidades que con toda normalidad podían procurar y conseguir antes.
Los misioneros llegaron al Líbano el siglo XVI, y construyeron hasta nuestros tiempos colegios, dispensarios, estructuras económicas y culturales:
1. Las escuelas y las universidades las han fundado los misioneros católicos, que, gestionadas por la Iglesia, en conjunto, han marcado la imagen del Líbano en medio del mundo árabe. Lo valioso no era sólo el alto nivel intelectual, sino también la cultura del encuentro entre todas las religiones y culturas particulares. Por esto, por esta cultura concreta, mientras los cristianos tenían en sus manos estos instrumentos, la guerra no podía dominar. Ahora, por el contrario, el ataque contra las instituciones educativas lleva al país a guerras sin fin bajo la influencia del extremismo islamista de parte chiita, y también sunita.
2. Del mismo modo, las estructuras sanitarias, hospitales, dispensarios y centros de cura especializados, tambalean y amenazan con desmoronarse por la crisis política y económica sin precedentes.
3. Los cristianos libaneses, conociendo tanto el Occidente como el Oriente, han sido los fundadores de las instituciones bancarias y de la economía, que hicieron del Líbano, además de un lugar de encuentro de culturas, también la Suiza del Oriente Próximo.
4. Es conocido que la naturaleza del Líbano es agradable y atractiva. Sacando partido de esta realidad natural, la civilización cristiana ha creado estructuras de turismo y de encuentro de gentes de todo el mundo, porque ellos mismos se han abierto al mundo y han desarrollado una cultura del encuentro, del respeto y de la paz.
5. En esta renovación educativa, cultural, sanitaria y económica, los cristianos han aportado, en grados diferentes, también en el resto del mundo árabe donde han convivido y trabajado.
El fanatismo y extremismo islamista (que no es el Islám) va a reemplazar, por medio del Hizbullah y Nosrah, Daesh (ISIS) y otros grupos financiados por el mundo islámico y occidental, esta cultura de la paz y del encuentro. Se pretende llevar a cabo una lucha contra Israel, pero de hecho el primer resultado de ese plan es el de vaciar de cristianos el Oriente.